Entrevista al Dr. Fernández Bustillo en el suplemento Top Doctors del diario ABC

Integración de los aspectos biológicos y estéticos para lograr óptimos resultados en los tratamientos de implantes dentales

No es novedad decir que los implantes dentales son hoy la principal técnica de restauración de dientes perdidos, muy por delante de las prótesis removibles. Se estima que en España se colocan entre 1,2 y 1,4 millones de implantes al año, algo que ha supuesto una mejora cualitativa en la salud bucodental de los pacientes. Es una solución que les proporciona funcionalidad, estética y bienestar, ya que sus propiedades hacen que no se diferencien de las piezas naturales.

El Doctor Ángel Fernández Bustillo, médico Especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial, conoce bien las ventajas de la implantología. Pionero en su introducción y con cerca de veinticinco años dedicado a esta disciplina, ha realizado miles de tratamientos de implantes, desde los más sencillos hasta los más complejos –en los que se requiere además procesos de reconstrucción ósea–. En esta área también ejerce una importante labor de formación.

Este profesional ejerce su actividad exclusiva en su clínica de Pamplona, aunque también atiende a pacientes en otras capitales de España. Recientemente, ha abierto una nueva clínica en Vitoria, Clínica Bustillo & López, en la que ofrece tratamientos de implantes dentales, estética facial y otras especialidades de la cirugía oral y maxilofacial.

El crecimiento de la implantología presenta nuevos desafíos. Entre ellos, lograr que haya un acceso más generalizado a los implantes sin sacrificar la calidad y vida útil de los tratamientos, y conseguir que las intervenciones sean más cortas en el tiempo y menos invasivas. Asimismo, en palabras del Doctor Fernández Bustillo, “el paciente debe entender que el buen aspecto de la dentadura y el atractivo del rostro no dependen solo de una mera actuación estética”.

¿Qué demandan los pacientes, funcionalidad o estética?

Actualmente, se está dando quizá excesiva importancia a la vertiente estética de la salud bucodental. Blanqueamientos, ortodoncia invisible, carillas dentales, etc., son conceptos que maneja el público y, a veces, con cierta frivolidad. Funcionalidad y estética no son dos apartados excluyentes, ni mucho menos.

De hecho, en el campo de la implantología dental sabemos que la conservación de las propiedades funcionales de la boca -tener la dentadura completa, las encías y otros tejidos blandos en buenas condiciones, y contar con la densidad ósea suficiente para sujetar la estructura facial- es esencial para mantener la armonía en el rostro. Por mucho que mejores el color o la forma de los dientes anteriores, los que se ven, si has perdido piezas posteriores o sufres desgaste en el hueso, no podrás detener el envejecimiento prematuro. Sin embargo, con un tratamiento de implantes, que en la mayoría de los casos comportará un proceso de regeneración ósea, estaremos contribuyendo a revertir el deterioro estético del paciente.

¿Y por qué los implantes logran este efecto?

Debemos partir de la idea de que, al perder un diente, la masa ósea de los maxilares se atrofia, disminuye la densidad en altura, no recibe flujo sanguíneo, ni cicatriza. Con el tiempo, esta degradación afecta al conjunto de la estructura bucodental si no se le pone remedio. Se pierde firmeza en los tejidos, adelgazan los labios, cae la punta de la nariz, aparecen arrugas de expresión y se incrementa la grasa bajo el mentón, entre otras manifestaciones.

Se trata de revertir ese proceso imparable. A diferencia de una prótesis removible, con la que se recupera cierta capacidad mecánica pero no detiene el deterioro, un tratamiento de implantes revitaliza la zona afectada. Primero, porque previamente es necesario regenerar el hueso perdido para asegurar la estabilidad del implante desde el primer momento, algo que ayudará a evitar las enfermedades periimplantarias y a afianzar la duración. Segundo, porque el implante se comporta como la raíz de un diente natural y detiene la degradación. Y, tercero, como consecuencia, la reconstrucción mejora la estética. Así, vemos que una intervención en parte biológica y funcional tiene efectos estéticos.

Parece que este proceso de rehabilitación puede ser largo. Sin embargo, se habla mucho de los tratamientos breves con los implantes de carga inmediata.

La duración se ha acortado mucho, y este es uno de los principales avances. Evidentemente, hay casos de pacientes que han perdido muchas piezas, que requieren de una intervención en varias fases.

Hay que dar tiempo al organismo a recuperarse. Pero es cierto que, en un número creciente de casos, la colocación de implantes se puede abordar con un mínimo de intervenciones e incluso en una misma sesión. Esto es posible gracias a factores como el diagnóstico y planificación digital, que nos permite determinar con precisión el tratamiento, los avances en materiales de regeneración ósea, por los que no es tan necesario realizar injertos óseos del propio paciente, y a la innovación en implantes. Existen muchos tipos de implantes para las diferentes necesidades, con diseños que facilitan la colocación en huesos estrechos, cortos y de baja densidad. Y se han ampliado las gamas, con multitud de diámetros y alturas.

¿Cómo afecta un tratamiento de implantes a la vida diaria del paciente?

Hemos avanzado mucho en su bienestar. Como he dicho, los tratamientos son cada vez menos invasivos y utilizamos componentes provisionales para que pueda llevar una vida normal mientras dura el proceso. Por otro lado, no experimentan molestias durante la intervención y apenas en el postoperatorio. Incluso, en nuestra clínica hemos incorporado la sedación consciente para que la persona esté totalmente relajada, como si fuera una anestesia general.